La “nueva normalidad” ya está aquí, hace rato, y llegó para quedarse.
Muchas personas aún tienen la expectativa de regresar a la normalidad. Otras, esperan con ansiedad conocer la nueva normalidad de su trabajo. Nadie ha asumido la realidad: las metodologías de trabajo ya cambiaron y se vienen consolidando para transformar todos los aspectos de nuestra vida laboral.
Hace un mes les compartía en mi anterior artículo sobre el balance de deseos y expectativas que tanto a las empresas como a los empleados les genera el futuro de las metodologías de trabajo post-Covid. En el artículo de hoy les comparto varias líneas de pensamiento y análisis que he podido descubrir y compartir con varias personas en estas 4 semanas, de diferentes niveles jerárquicos, áreas y estructuras personales.
Lo primero que me impactó fue una descripción de mi amigo Jose, alto directivo en temas de Innovación y Tecnología, que al comienzo me pareció exagerada. Minutos después me di cuenta lo cercana que seguro es a la realidad de muchas empresas.
“Llevamos varias reuniones con el equipo directivo de la empresa, 3 mínimo, buscando respuestas a ‘¿cómo regresar a las oficinas?’ y he aprendido que por más que pensemos hasta lo impensable, la realidad es que no tenemos ni idea de cómo hacerlo”
Voy a repetir una frase de mi artículo previo: estamos viviendo una situación absolutamente desconocida por el mundo entero, por los casi 8.000 millones de habitantes del planeta. Por ende, es sensato decir que ningún directivo tiene la experiencia de haber enviado a todos sus empleados (generalizando) a trabajar desde sus casas por 18 meses para después hacerlos regresar bajo algún modelo híbrido, sea cual sea.
¡Y es normal! ¿Quién dijo que el equipo directivo debía conocer todas las respuestas? ¿O que deben tener un plan perfecto, infalible, para el retorno a las oficinas?
Hoy vengo a decirles que la pregunta es diferente. Ya pasamos de preguntarnos ¿cuándo regresaremos a la normalidad?; ya atravesamos por ¿cómo será la nueva normalidad?; y ahora nos encontrarnos frente a la importante pregunta ¿cómo debo evolucionar mi empresa hacia la realidad híbrida de esta época post-pandémica?
Esa, es la verdadera pregunta. La de fondo. La que mi amigo Jose entre líneas me ponía a pensar más allá de lo lógico. Una pregunta que he seguido conversando con otras personas.
A continuación, voy a exponer unas cuantas ideas – aún en proceso de exploración – que han resultado de este proceso.
1. Ninguna empresa se ha transformado. Solo recurrieron a herramientas probadas para adaptarse de emergencia antes los eventos.
Meet, Zoom, Teams, Skype, Cloud Drives, Mural, Whiteboards nativos de Win10 o JamBoard, firmas electrónicas, asambleas virtuales con votaciones y ponencias, lanzamientos de productos a través de micrositios y transmisión en vivo en múltiples plataformas e idiomas, lobbys virtuales para ver stands, hacer networking o ingresar a sesiones virtuales… ninguna de ellas fue una invención de la humanidad para atender la virtualidad que nos obligó a llevar Covid. Ninguna! Probablemente tuvieron un par de usos nuevos, como los conciertos virtuales elaborados con sets computarizados y realidad virtual. Pero en esencia son aplicaciones ya existentes con usos ya comprobados.
¿fue una adaptación importante? ABSOLUTAMENTE! De no ser así, las empresas no hubieran mantenido su ritmo operacional ni una semana.
Pero es el momento de pensar en la transformación de fondo que las empresas deben hacer, mirando por encima del aprovechamiento tecnológico. Hay que empezar a pensar en los otros pilares de transformación que a la fecha se siguen definiendo igual que en 2019: estrategia, procesos y cultura.
2. El colectivo aún cree que esto es temporal. Por ende, espera aún un cambio.
El cambio ya llegó y lo hizo para quedarse. Debemos dejar de pensar en que estamos aún a la espera del viraje real, cuando éste realmente ya está entre nosotros desde hace varios meses.
De nuevo, es solo cuestión de revisar los beneficios y retos de las empresas y los empleados ante la coyuntura virtual (link al artículo del 20 de Julio) para entender que hay razones de peso para creer que el retorno al modelo que teníamos en 2019 no es deseado. No vamos a regresar a la normalidad. Debemos construirla teniendo en cuenta los nuevos valores que la pandemia nos ha hecho ver.
Cristina, funcionaria de un área financiera y madre de dos hijos, me decía: “si tengo que volver, vuelvo. Pero dejar de ver a mis hijos no es algo que desee, en especial cuando hoy en día tenemos ‘controlados’ los tiempos de trabajo, de estudio y de juego con ellos para poder ser papás y profesionales productivos. Eso nunca lo habíamos podido hacer y la verdad es que para mis hijos ya hace parte de su normalidad, de su día a día.”
Uno de los grandes retos que reportan en Estados Unidos es el manejo que las empresas deben hacer con sus empleados jóvenes, sin hijos y muchos sin pareja, que ante la pandemia decidieron mudarse a ciudades o inclusive países más económicos. Muchos de ellos son ahora nómadas digitales y trabajan desde otro continente. Esta situación desencadena incluso problemas de tipo legal y migratorio, pero que pasan desapercibidos a la mayoría.
Entonces, ¿realmente queremos que la temporalidad se acabe y volver a nuestros horarios de 8 a 5 todos los días?; ¿realmente quieren las empresas volver al nivel de costos fijos de infraestructura del 2019? Mi conclusión es un rotundo NO.
3. Las empresas aún no saben cómo articular todas las variables que aparecen frente a la idea de construir un modelo híbrido. Teniendo en cuenta que cada empresa tiene particularidades, no existen fórmulas únicas para esto.
Es importante identificar modelo y estructuras de pensamiento para abordar estas variables: tipos de contratación, salubridad y seguridad en el trabajo, cumplir horario vs lograr objetivos, deseo de mantener la identidad y la pertenencia de la gente con la organización, buenas prácticas de comunicación corporativa, seguridad informática, entre otros.
Nunca el apoyo mutuo, de internos y externos, había sido tan necesario. Y no porque alguien llegue con la receta perfecta (de hecho, yo no le creería al que me diga que tiene esa receta perfecta…) sino porque se requieren habilidades de innovación, integración, agilidad y gestión del cambio para poder facilitar este proceso de pensamiento.
Por ende, pienso que es momento de avivar el debate y aprender entre todos cómo podemos sortear esta transformación. ¿Cuáles crees tú que son las variables críticas para evolucionar rápidamente hacia la productividad empresarial en este nuevo entorno? Estoy dispuesto a conversar sanamente tus sugerencias.
¿Quieres que hablemos?
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Escrito por Fernando Gómez
Director, Evolo Consulting
Agosto, 2021
